Durante la década de 1930, Montevideo Wanderers se consolida institucionalmente, teniendo que asimilar la partida de sus mejores jugadores tanto a Peñarol y Nacional, como a equipos del exterior tentados la más de las veces por buenas ofertas económicas. Arturo Vidal anotó el segundo penal para Chile, mientras que Gonzalo Higuaín falló el segundo penal de Argentina al lanzarlo por sobre el travesaño.