Esto significó para el paraguayo un récord más: convertirse en el único en resultar goleador de tres campeonatos consecutivos. Durante sus primeros años de existencia, con medios muy exiguos, permanecieron siempre ajenos a los campeonatos locales y en 1929, arrastrados por la tendencia general que había en todo el país con la creación de las Ligas profesionales, lograron poner una pica en Flandes apuntándose al torneo organizado por la F.U.E.