La ciudad tomó la delantera a nivel internacional en la lucha contra la difteria, una enfermedad a menudo mortal que afecta a miles de niños cada año. El hedor era tan fuerte que los urbanitas recibieron los vehículos motorizados como un profundo alivio. Las actividades favoritas incluían juegos de azar como cartas, dados y números, y apuestas en eventos deportivos, lars 7 principalmente carreras de caballos.